Los ojos del oscuro Argos

y con mis bocas
no conseguí desgarrar los esófagos

de los dientes dentellados
poderoso admirador mellado
claroscuro de sombras
secuestrador de talentos

de quién perdió las alas si lo nombras

y con mis escamas
no conseguí deslizarme
lo suficientemente rápido
del enamorado jumento
aquél antiguo flamenco
que me había secuestrado
jaulas de oro para las mensas
prefería a las reinas de las fronteras
pisadas de caballo desde las botas vaqueras

Uno que quiso ser rey obligado
aquél rey oscuro que no era amado
dejar constancia de su paso en su tierra
a costa de mis almas

su príncipe entronado

ahora vive en su falso reinado

y más sagas que quería

a costa de mi forzado
y la magia de mis manos

Tuve que dejar mi propio espacio

Mi hogar, mis gentes, mi palacio
Entrar voluntariamente 

en la cuerda del ahorcado
Salvar a un inocente
de su forzado descaro

antes que estar forzosa a su lado.

El alma no se vende amigo

el mundo no gira alrededor de su ombligo
Se lo gana uno con el corazón desnudo
arrancado de las tripas y en la mano

Si el corazón no tiembla, no es amado

Ah! Pero con mis cabezas furiosas
por mi secuestro obligado
con mis serpientes de Hidra, Hera, Perséfone
conseguí ver mas allá que los cien ojos
de la cola del pavo real de Argos
y vislumbrar las penumbras
en los limites del Hades
aquí en la Tierra

Hui al inframundo

donde no me siguiera

y con mis lenguas
mil y una vicisitudes
entre los pastores

pasaron, algunas aquí

se reflejaron,
diarios transversales

Del Templo de Agripa
mil y una fantasías
entre las mayorías

de encubiertas verdades

cantadas por las vestales

El tiempo siempre jugó a mi favor
todos envejecían, menos yo

eterno resplandor del alma cautiva
por el fértil nido de vida cultivada

de la poesía en flor

por la esencia, por el amor

El sueño que tuve un día

hace muchos años
lo vi, al dorado, lo noté flanqueado

fue un reflejo pasado
escuché su voz lejana, atronador

sentí su ardor y su dolor

entre las vibraciones del agua

su coraje, brillante y derrotado

su rebelde defensa su orgullo

su pesado barullo
mi otro igual, mi gemelo

mi par, mi consuelo
mi "no me derrotarán
yo soy mi propio flagelo,

y también mi brillante reinado"

... aún así
la Historia siempre te repite
hasta que aprendes la lección
del orador, y qué aprendió

donde vayas, solo entra

cuando escuches su corazón

Aquél triste Argos, oscuro redentor

aquél paño fino de carlotas
yace entre sus malas obras, apedreado

por su propio yo malogrado

sin talento, de iras malgastado

triste imitador de un desalmado

un pobre idiota en el día de la marmota

Pero aquéllos otros, aún ahora cicatrizados

por atreverse a levantarse con sus manos

una y otra vez de sus tornados
los que fuimos liberados de nuestros destinos

ganadores o aniquilados

Aves Fénix de cenizas, atormentados
encuentran la calma en sus cinturas
pues no hay mejor herida que sane
que la herida compartida

por las mismas hendiduras.

Pues los ojos del otro Argos,

el oscuro, falso héroe sin peinado,
se secaron, de tantos años estar

de esperando esperar, desesperado
ni una carta le ha va a llegar, ni le ha llegado

Al final los guerreros desamparados
encontraron su canción
Pues los ojos que pudieran vigilar
a los intrusos enamorados
fueron en doble dirección

y en previsión de su posible osadía

antes que conociera mi aflicción

los desterré para siempre de mi vista, aniquilados.

El necio Argos, aquél traidor descontrolado
yace solo, enterrado, desfigurado y sin canción
bonita redención de mi obligada tortura
pues la mejor venganza es la cordura
en la felicidad de la propia y mutua liberación.

Ahora, si la fe es baldía y se termina la poesía

se inició mi segunda parte en la noria,

mi inscripción, ya que de lo quitado

no hay venganza ni perdón

¿mi consciencia y resurección?

que de lo que me quede fechado

desde que nació la gata Flora

sea ésta, la que empezando empieza

de todas la vidas redimidas,

mi mejor canción.