29 jun 2017



Cuando los niños hambrientos
tenían un gigante que los cuidaba...



"Oh Trasgos Trasgos
barred las puertas,
los dientes largos"

Y en aquellas lindas casitas
se encendieron chimeneas
redentoras

En cada cavedad
una almohada

"Yo también ando de casa mudada"


Aquellos que han estudiado a los trasgos se sienten confundidos y maravillados por el bajísimo grado de consciencia que poseen. Los trasgos no se ven a sí mismos como individuos, ni tienen un sentido de la conservación desarrollado. Esto hace que muchos les perciban como una especie alocada y surrealista; como si se estuviese observando el número de un grupo de bufones.