Khalil Gibran
“Que haya espacios en vuestra comunión,
y que los vientos del cielo dancen entre vosotros.
Amaos, pero no hagáis del amor una traba
para ser realistas y favorables en el tiempo:
Llenaos las copas el uno al otro,
pero no bebáis en una sola copa.
Bailad y cantad juntos y sed alegres;
pero permitid que cada uno pueda estar solo,
al igual que las cuerdas del laúd están separadas y,
no obstante, vibran con la misma armonía”.
Diez Frases de Gibran para reflexionar:
1. La trampa del egoísmo.
Casi todas las desgracias ocurridas a lo largo de la historia nacieron a partir de una semilla de egoísmo que aspiraba a más y más hasta convertirse en soberbia, orgullo y autoridad. Por esta razón, hay que tener cuidado con nuestras aspiraciones y deseos de poder, porque aunque está bien poner límites y mirar por uno mismo, también lo es ser conscientes de que no causaremos grandes sufrimientos en los demás:
“El egoísmo, amigo mío, origina ciegas disputas, y las disputas engendran guerras, y las guerras traen consigo la autoridad y la fuerza, que son la causa de los enfrentamientos y la opresión".
El tiempo de cada uno de nosotros es mucho más que un conjunto de horas y minutos, es vida. Por lo tanto, no lo malgastemos ni hagamos que lo pierdan los demás:
“No busques al amigo para matar las horas, sino búscale con horas para vivir".
Arriesgarse, trascender los miedos e ir más allá, ese es el mensaje que desprende esta frase. Hay que deshacerse de la seguridad para avanzar, desprenderse de lo cómodo y salir a descubrir otros caminos y otras perspectivas:
“Solo la semilla que rompe su cáscara es capaz de atreverse a la aventura de la vida".
En cada uno de nosotros hay luz y oscuridad, un aprendizaje que nace de la aceptación de nuestros monstruos que tenemos que aprender a desvelar:
“No se puede llegar al alba sino por el sendero de la noche."
"Atención al sol que se alza en la oscuridad".
Dar es un gesto repleto de amor cuando no se espera nada, cuando crece desde la bondad hacia los demás. Por eso es la intención que conlleva:
“Y hay quienes tienen poco pero lo dan todo.
Estos últimos creen en la vida y en la generosidad de la vida,
es por lo que sus cofres interiores jamás están vacíos".
El enemigo más importante al que tenemos que hacer frente es a nosotros mismos. ¿Cuántas veces nos hemos boicoteado? ¿de qué forma nos hablamos? ¿cómo nos impedimos ser felices?
A veces, estamos tan acostumbrados a tratarnos mal que ni siquiera somos conscientes. Tan solo hace falta revisar nuestro diálogo interno para conocer las exigencias y obligaciones que nos imponemos para ser perfectos, los castigos que nos ponemos y los desprecios que nos hacemos. La clave es querernos, aceptarnos y descubrir la belleza oculta en nuestras imperfecciones:
A veces, estamos tan acostumbrados a tratarnos mal que ni siquiera somos conscientes. Tan solo hace falta revisar nuestro diálogo interno para conocer las exigencias y obligaciones que nos imponemos para ser perfectos, los castigos que nos ponemos y los desprecios que nos hacemos. La clave es querernos, aceptarnos y descubrir la belleza oculta en nuestras imperfecciones:
“Mi enemigo me dijo: “Ama a tu enemigo".
Y yo le obedecí y me amé a mí mismo".
Se trata de una emoción que focaliza la atención en el exterior y que provoca un gran sentimiento de inferioridad. La envidia refleja lo que falta, además de un profundo rechazo hacia uno mismo. De ahí, que la mejor opción sea tener presente que solo nosotros somos nuestra única medida:
“El silencio del envidioso está lleno de ruidos".
La capacidad de reponernos, de aceptar nuestras heridas para poder sanarlas, es lo que nos permite avanzar y lo que, poco a poco, forja nuestro carácter resiliente:
“Del sufrimiento han emergido las almas más fuertes.
Los caracteres más fuertes se forjan a base de cicatrices".
Se encuentran en la misma balanza, ambas se dan sentido, aunque parezca una contradicción:
“Vuestra alegría es vuestra tristeza sin máscara.
El mismo pozo que da nacimiento a vuestra risa se ha llenado infinitas veces con vuestras lágrimas. ¿Y cómo podría ser sino así?
¡Cuánto más profundamente clave la tristeza su garra en vuestro ser tanto más alegría podréis contener".
“Cuando estéis alegres mirad en el fondo de vuestros corazones y hallaréis que lo mismo que os da hoy alegría fue aquello que os llenó ayer de tristeza. Y cuando estéis tristes, mirad de nuevo y descubriréis que estáis llorando por aquello que fue ayer vuestro deleite.”
El amor es el eje central de las perspectiva de Khalil Gibran. Un amor universal, que trasciende todo y que hace posible la unidad. Un amor expansivo y bondadoso, que no entiende de necesidad ni de exigencias, pero sí de libertad y aceptación y que está unido a la belleza, el espíritu y la vida:
“La vida sin amor es como un árbol sin flores ni frutos".
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