23 abr 2008

Reloj infinito



La palabra escrita perdura
Como las cartas.
Se detiene. El tiempo.
Crecemos,evolucionamos, nos revolvemos, nos desarrollamos.
Y.
La carta. La palabra escrita se queda ahí, fresca.
Tinta. Puchero de grafito. Lágrimas orientales, negras y fantasmales.
Viva.
El tiempo es detenido.
Para, para, para, escaparate, aparador, jugando con las palabras entre los dedos de una niña a la salida del colegio.
Un uniforme, un autobús.
El tiempo.
Cuando vuelvas a leer esa carta diez años más tarde, es más tú, que tú misma porque sigues riendo y siendo tú.
Ese instante, más aún de lo que te has ido convirtiendo en el tú.
Ahora.
Con los sentidos más limpios, con las percepciones más abiertas.
El olor de la hierba en los zapatos, la tierra.
Tu primer sabor, el olor de las mandarinas en las manos.
Como el paladar, se va educando.
Con el tiempo,
plick,
plick,
goteante, para digerir.
Ponerle nombre a lo que hemos vivido.
Mmmmm.
Pero ya no somos nosotros,
somos otros, sino el resultado de investigar lo que hemos terminado siendo,
y cuando por fín lo descubrimos,
nos queda poco tiempo para acabar el cuento,
y morir para ponerle el título.
(Lo que duerme en las estanterías descansa porque el papel viene de los árboles, de sus ramas, y se balancean a los ojos del lector. No hay que hacer ruido, porque si no, no escuchas la brisa.)

Un título que ponen otros a la alegria de tu tiempo, uno más, de una gota que llena un vaso, en la inconmesurable levedad del mar. El "SER" ohhh pensamiento único, ombligo del mundo que conocmeos, la gota, de la gota de la gota de un mar que agota. Ser insondable y simple.

Saludos desde esta carta.
Qué bonitas y eternas cartas de almas vivas y perennes "cartalmas".

3 comentarios :

  1. la eternidad y el instante juegan a rozarse los pies bajo al mesa, como enamorados. Un abrazo con todas las luces de Agni.

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  2. qué hermosura

    pones hilo de palabras a mis sueños

    creo que mejor voy a callarme, no voy a seguir poniendo nombre a lo que he leído

    sólo añadir que he recordado esas cartas de antes, las que guardo en caja de cartón, con su olor a papel viejo y siempre vivo

    y me callo ya

    un beso

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  3. A mi me gusta guardar los papelitos en que he anotado alguna cosa en algun libro.

    Se que asi, algun dia, por azar, cuando vuelva a abrir ese libro me encontrare con ese viejo papelito, intrascendente en su momento pero que al ser encontrado trae recuerdos...

    Un abrazo, amiga

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