Ésta entrada se la dedico a Julio Jazz,
perro de viejo hocico
conocido de las noches murcianas
de antros jazzeriles
entre zamborrios, cenutrios,
mujeres de sonrisas flojas y zascandiles,
esquinado el brillo inteligente,
templada la espada en distancias cortas
contra la estupidez del lerdo arrogante,
conversaciones interesantes,
puntos de vista personales,
peleas de afilados verbos amigables
y apasionantes tertulias con vino.
En la fábrica Guinness,
última planta,
de un edificio simbólico
con forma de pinta,
entre la Tierra y el Cielo,
siempre habrá una bebida
para compartir con un amigo.
Hablando de los días, las nubes,
cerca de una ventana
avistando los 360º de una ciudad.
De cualquier ciudad.
En alguna parte del mundo.
De cualquier mundo posible.
La música,
la amistad,
la tertulia.
Y entre medias,
la Vida.
Entre la Tierra y el Cielo, pero más cerca que nunca de éste último. La Gunness allí sabe diferente.
ResponderEliminarSólo ten cuidado, en Irlanda cada región tiene "su cerveza" y las defienden a muerte contra las del condado vecino.
Me encanta cómo escribes.
Un abrazo.
Yo me uno a la defensión del producto autóctono,
ResponderEliminary lo pruebo sin reparos, aunque en alguna ocasión hay que saber disimular, si realmente no te gusta, para no ofender a los que con alegría te muestran orgullosos los productos y la cultura de su tierra, aunque a veces te preguntes, qué rayos y demonios es eso que te presentan.
Muchas gracias
100% española
jajaja