Dios es un niño malo sentado junto a un árbol con una lupa y yo soy una simple hormiga elegida al azar. Podría solucionarme la vida en cinco minutos, pero prefiere quemarme las antenas y observar cómo me retuerzo en una vida llena de sol y falta de penumbras.
Y aún así
viva
circunstante
reelegida
sigo con mis antenas al sol
expentante, endurecida, enternecida
de que tanta atención reciba
de quien se aburre en la deriva
y aún así, ente enardecido y glorioso
tenga tanto que aprender de mí: la hormiga.
No tengo dios, mi naturaleza es iconoclasta. Soy la única responsable de mis actos.
ResponderEliminarUn beso.
Dios es un concepto
Eliminar;)
Ssssmuack!