El corazón se abre en canal sin voluntad, a expensas de que lo punzen con un hierro o lo curen en estrellas, a menudo ambas cosas suceden al mismo tiempo, y solo tienes que esperar a que deje de latir con tanto ruido, a ver si pasa, al fin, desapercibido.
El corazón es un perro sin cuerda, imposible de adiestrar, que va donde quiere; el mismo que suplicas, que estás viendo que no se meta en el charco de barro, al que te va a tocar pringar para ir a recoger enfangándote hasta las rdoillas en pleno invierno; 5 minutos después de pagar un dineral en la peluquería canina.
Sí, es ése cabrón hijo de malamadre, desagradecido al que si abandonas, vuelve antes o después, aunque lo lleves a 300 km de tu casa. El mismo.
Resignación, estoicismo y paciencia. No hay nada que hacer, hace lo que quiere.
Lo tuve que enterrar a la fuerza, porque se negaba a morir. Y ahí lo tienes, en el porche, aullando todo feliz en la luna creciente esperando reunirse con sus amigos la próxima luna llena.
Cómo salió del subterráneo? no lo sé
No hay protección posible Es un desastre. Te hace quedar mal con todo el mundo. Es ése que se mea en la alfombra justo cuando aparecen tus padres que te la regalaron, se esconde cuando debe mostrarse y por fin piensas, pobre inocente tonta, que ya ha aprendido algún truco bonito, que por fin hará lo correcto, y se muestra ahí, todo reluciente de barro y basura, justo cuando debería esconderse por un poquito de amor propio; sí, ese mismito es, ése hijo de la gran put.. descontrolado
"Qué bonito es el amor", los odio A ésos les tocaron corazón de caniche, a mí me tocó el más grande, inmundo y cabezón oso de todos los disponibles en el mundo de Eros; estoy segura que lo devolvieron de mil casas y me tocó a mí, porque nunca lo saqué de la caja hasta ahora; creo que esperaron cruzando los dedos hasta que se pasó la fecha de devolución. Lo odio.
En fin, que podemos hacer. Más que a Venus voy a necesitar a Atenea, a ver si lo entretiene lanzándole flechas a algún sitio, lejano, muy lejano; y me deja un ratito tranquila, cabrón.
Diosa de la belleza, madre del dios del amor. Ojalá ambos nos protejan.
ResponderEliminarUn beso.
Contra el amor no hay protección posible
ResponderEliminarEl corazón se abre en canal sin voluntad, a expensas de que lo punzen con un hierro o lo curen en estrellas, a menudo ambas cosas suceden al mismo tiempo, y solo tienes que esperar a que deje de latir con tanto ruido, a ver si pasa, al fin, desapercibido.
El corazón es un perro sin cuerda, imposible de adiestrar, que va donde quiere; el mismo que suplicas, que estás viendo que no se meta en el charco de barro, al que te va a tocar pringar para ir a recoger enfangándote hasta las rdoillas en pleno invierno; 5 minutos después de pagar un dineral en la peluquería canina.
Sí, es ése cabrón hijo de malamadre, desagradecido al que si abandonas, vuelve antes o después, aunque lo lleves a 300 km de tu casa.
El mismo.
Resignación, estoicismo y paciencia.
No hay nada que hacer, hace lo que quiere.
Lo tuve que enterrar a la fuerza, porque se negaba a morir.
Y ahí lo tienes, en el porche, aullando todo feliz en la luna creciente esperando reunirse con sus amigos la próxima luna llena.
Cómo salió del subterráneo? no lo sé
No hay protección posible
Es un desastre.
Te hace quedar mal con todo el mundo.
Es ése que se mea en la alfombra justo cuando aparecen tus padres que te la regalaron, se esconde cuando debe mostrarse y por fin piensas, pobre inocente tonta, que ya ha aprendido algún truco bonito, que por fin hará lo correcto, y se muestra ahí, todo reluciente de barro y basura, justo cuando debería esconderse por un poquito de amor propio; sí, ese mismito es, ése hijo de la gran put.. descontrolado
"Qué bonito es el amor", los odio
A ésos les tocaron corazón de caniche, a mí me tocó el más grande, inmundo y cabezón oso de todos los disponibles en el mundo de Eros; estoy segura que lo devolvieron de mil casas y me tocó a mí, porque nunca lo saqué de la caja hasta ahora; creo que esperaron cruzando los dedos hasta que se pasó la fecha de devolución.
Lo odio.
En fin, que podemos hacer.
Más que a Venus voy a necesitar a Atenea, a ver si lo entretiene lanzándole flechas a algún sitio, lejano, muy lejano; y me deja un ratito tranquila, cabrón.
;)
Sssssmuack!