Nada debo

 

 

Reina de las jaurías

Manadas de lobos que ya son mías

reina de los desdentados

de los viejos, los accidentados, los malparados.

Reina de los reyes equivocados

Reina del submundo y del cielo

Reina de mí misma y de mi anhelo

 

Reina en fin, coronada

Todos necesitan de mí

y yo d'ellos nada

Gobierno mi mundo

y es el pan de reflejo

de mis espejuelos,

escamas de sirena trinchada,

salen el resto de los espejos

como si nada.

Mis sobras son para ellos sus únicos mundos,

para mí, solo piel deshabitada

plumas de Fénix, ceniza quemada.

 

Reina

Reina de mí

de mis castañuelas

Maderas ardidas de lentejuelas

Bosques quemados tras el volcán

Escuela de corcho cicatrizal.

Reina de todo

lo que sentía

lo que sentí

Cicatrizada

Abandonada

Escondida

De mi alma tiritada

Salió la fuerza de la Nada

Y entre Nada y Nada

jauría de perros

que me mordían.

Salieron mis sangres doradas

Tejido cicatrizal de antiguas reinas coronadas

En el fondo del cieno estaba la cura

de mi propia y eterna sepultura.

Apliqué en mí, sin saber, ya desmayada en el fondo

casi ahogada, mi propia medicina desatada.

Furia de aguas

y testaferros

Coronada de espumas

Me hice reina de mí,

entre las Nadas.

 

Silencios vacíos

de almohadas.

 

De aquéllos barros estos lodos

Ahora tranquila

frente a mi Trono de Cal Viva

Se sientan perplejos

los reyes del Cielo y el Inframundo

Reté y gané

Os lo dije

La humildad es la virtud de los fuertes

Reinando a través de la Conquista

de la propia Vulnerabilidad

 

Le dimos un mortal lametón en el cuello

a todas las muertes.

Jaque mate

a todas las suertes.

Besos de óxido de hierro y sal

 

Nada pedí

y nada debo.

A todos los que os sobreviví:

Gracias por las muertes.

Insurrecta de acero.

Mi espada templada

entre el Bien y el Mal.

Me empujásteis más Allá del fin del Mundo

Gracias por ese salto mortal.

Os quiero.