2 ago 2018

Curiosidades de noches blancas y de solsticios de verano

Las noches son blancas
los solsticios azules
sobretodo en San Petersburgo.

Mis estrellas:

Markab,o el hombro de Pegaso,
nacido del cuello de Medusa, la Gorgona, la Piedra
cuando Perseo la mató en el mar.
Al poco tiempo de nacer
Pegaso golpeó de una patada
el suelo del helicón del que salió un manantial
simboliza la fuente de inspiración poética,
la solidez y la estabilidad entre la turbulencia
la liberación nacida del mal.
Pegaso llevó a Zeus el rayo y el trueno
en agradecimiento, le permitió
que hiciese un viaje libre y sin dueño
hacia el universo y allí se quedó
en una constelación que desde entonces
lleva su nombre.

Betlegeuse en el hombro de Orión
hijo de Poseidón, el Mar y de gea, la Tierra
cazando en el inframundo
con un garrote de bronce
la victoria sobre las muertes de la vida
el fracaso como humilde enseñanza
margaritas brotando entre las rocas.

Mi constelación:

Águila guerrera
trascender el camino esperado,
trasladando a los emperadores
a la tierra de los inmortales
Fortaleza y resolución
para defender a los marginados
desengañados
de toda miserable acción
Sobrevolando las aguas
de la mundana y triste inacción.

Sirenas saladas
musas aladas
de estrellas únicas o ninguneadas

Luna, a veces roja
hace más blancas
las noches
y más ingrávidos
esos solsticios
comunes,
tan azules
de las sofocantes
noches de verano.

De cielos, de aguas, de lunas y de nadas
en medio del firmamento
sobre una playa.

7 comentarios :

  1. También te falta la mía, Antares, je,je.
    San Petersburgo es una maravilla, especialmente en época de noches blancas.

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  2. En mi caso no tengo ningún toro jjjj
    La constelación de Tauro representa la fuerza y la vitalidad del toro sagrado. ... El símbolo del toro para los egipcios era representado por Apis, el buey sagrado.

    En mi caso, y al respecto, además de Capri, la resistencia, en el chino soy el Buey (se supone que representan lo mismo en Oriente y Occidente), el que ara la dura tierra, el precursor, y sobre cuyas espaldas se fabrican imperios y sagas, los más longevos y sólidos jjj

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  3. Antares (opuesto a la guerra), el rojo corazón del escorpión, el pacificador, competía en color y magnitud con el dios de la guerra. Este alacrán (Al Akrab) era enviado por Gaia para detener a Orión, tanta gracia le hizo a Zeus que el guerrero cayera por la picadura, que los puso a los dos en el cielo de igual tamaño y brillo, de tal manera que cuando sale uno se oculta el otro en el cielo.

    Para babilónicos y mesopotámos era símbolo el inicio de la cosecha pues aparece el último día de mayo, así que es la recolección de experiencias, el calor del verano y el fuego del escorpión por una curiosidad infinita, sed de conocimiento, que debe ser refrescado por al agua para no consumirse.


    Betelgeuse es a Orión, lo que su opuesto Antares a Escorpión, las manos derechas guerreras de sus respectivas constelaciones jeje

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  4. Tanto las Pleyades como las Híades se funden en los mitos en cuanto a ascendencia, ambos grupos son hijas del titán Atlas y la oceánide Pleyona (plena/abundante), una diosa de los pastizales y el ganado; pero en otras versiones las Híades eran hijas de la oceanide Etera/Etra (cielo despejado). Mientras el mito de las Pléyades, es de aquellas ninfas perseguidas por el gigante Orión hasta que escapan convirtiéndose en palomas y ascendiendo al cielo, formando el cumulo celeste abierto más brillante en los cielos.

    El mito las Híades es el de un grupo de hermanas que lloraron inconsolables la muerte de su hermano Hias (lluvia), un joven que buscando agua para la casa es muerto por un león. Los dioses se apiadaron de ellas y las subieron a los cielos, formando el cumulo celeste que forma la cabeza del Toro. El joven muerto fue puesto en los cielos como Acuario, mientras que el león se ubicó en la antipoda celeste como la constelación de Leo, de forma tal que nunca más se encuentren.

    Con respecto a Orión, el cazador, hijo de Poseidón y de Gea (Gaia), es descrito como un gigante atractivo, si se puede obviar el tamaño.
    Orión es uno de esos héroes/gigantes de la mitología clásica que a diferencia de otros como Heracles/Hércules, Perseo, Jasón o Teseo, no se tiene constancia (quizá quemadas en la Biblioteca de Alejandría) que tuviera a ningún poeta que registrara su historia.

    Aparece como nota marginal en muchas obras, entre ellas Homero lo cita en la Ilíada como una constelación y la estrella Sirio como su perro; y en la Odisea, el protagonista (Odiseo) lo ve cazando en el inframundo con un garrote de bronce, y Virgilio, en la Eneida, muestra a Orión como un gigante vadeando el mar Egeo. En la obra de Hesíodo, ‘los Trabajos y los días‘, Orión es también una constelación cuyos movimientos son usados para datar las faenas agrícolas; pero la leyenda más extensa que Hesíodo dio sobre este héroe se encuentra en una obra perdida. Es sobre esta historia perdida que otros autores hicieron sus propias adaptaciones; las principales diferencias entre las distintas versiones de su historia se encuentran en su nacimiento y su muerte.

    Orión fue seguramente uno de esos tantos héroes del mundo griego, y cuyo mito se funde con otros, como el caso del Horus ciego de Egipto; el cazador Cefalo, seducido por la diosa Eos; el cazador Acteón que fue transformado en ciervo y muerto por sus propios perros cuando si querer vio a Artemisa bañándose mientras él estaba de cacería; e incluso el gigante Ticio que intentó violar a la diosa Leto, muerto por las fechas de Apolo y Artemisa.

    Sin embargo a pesar de las exiguas referecnias, Orión es descrito como un gigante majo, seguramente era en comparación a los pobladores de aquellos tiempos un hombre de gran altura, sin ser necesariamente un gigante en el sentido estricto, y su vida estuvo atrapada en amores no correspondidos.

    Cuando joven Orión cazaba en su tierra natal y en una de esas tantas cacerías descubrió a las hijas del titán Atlas, desde entonces y durante siete años persiguió a las ninfas Pleyades; finalmente los dioses intervinieron, en unas versiones Zeus, en otras Artemisa, y transformaron a las ninfas en palomas, y estas subieron al cielo, lejos del gigante que las acosaba, formado el pequeño y brillante grupo de estrellas que llevan su nombre.

    Es sobre esta leyenda que el poeta Higino conecta Orión con una de las constelaciones más reconocidas de los cielos. Según la versión del poeta cuando Orión perseguía a las ninfas, Zeus interpuso entre ellas y el cazador y sus perros a un toro (Tauro); las ninfas ya como palomas están a un lado del toro; y Orión y sus dos perros (Canis Mayor y Canis Menor) del otro lado; la constelación de la liebre, a los pies del cazador es una constelación moderna, y se pone como la presa que persiguen modernamente los perros.


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  5. Se dice que Orión tenía de su padre (Poseidón) el don de caminar sobre las aguas, así llegó a la isla de Quios (próxima a la costa de Turquía) donde Orión se enamoró de la hija del rey, Hero (también llamada Erope o Merope (elocuente)) y pidió su mano. El rey Enopión (beodo), hijo de Dioniso y Ariadna, había emigrado desde Creta con su esposa e hijos, y se había establecido en Quios, enseñando a sus habitantes el arte de fabricar el vino, y no estaba dispuesto a entregar a la joven, así que entretuvo al pretendiente enviándole a cazar toda bestia salvaje que hubiera en la isla. Finalmente las presas y la paciencia del cazador se fueron agotando, y Enopión fingiendo ceder ante el cazador, emborrachó una noche a su huésped, le sacó los ojos y lo abandonó en la playa. [Se señala que en algunos mitos este fue el castigo que dio el rey al cazador que violo a su hija, en otros que Hero/Merope no es la hija, sino la esposa, o una de las concubinas del rey].

    Orión entonces viajó a través del mar hasta la isla de Lemnos, guiándose por los sonidos de los martillos y yunques de la fragua de los cíclopes, ahí pidió ayuda al dios Hefesto para recuperar su vista. El dios puso como lazarillo a Cedalión (puro), uno de sus jóvenes ayudantes en la fragua. [Cedalión pudo ser uno de los Caberios, hijos del dios de las fraguas y la ninfa Cabeira, una hija del dios Proteo; o podía tratarse de alguno de los jovenes cíclopes]. Cedalión guió a Orión, montando en los hombros del gigante, hasta el lugar donde asciende el sol. Apolo entonces restauró su visión [En los mitos se dice que fue el dios Helios, pero seguramente para aquellos tiempos ya Apolo conducía el Sol, tras el desastre provocado por Faetón, y Apolo es también dios de la medicina, poder que no tenía el anterior conductor del carro solar, y en algunas historias fue el hijo de Apolo, el dios Asclepio, quien curó la visión del gigante]. Con su visión restaurada Orión regresó a Quios para exigir su venganza, pero el rey se escondió en una cámara subterránea de bronce construida por ordenes de Poseidón por el mismo Hefesto. Viendo lo inútil de sus intentos, Orión finalmente abandono la isla y regreso a Grecia. [Esta historia nos recuerda un poco el mito del dios egipcio Horus, cegado por su tío Seth en su lucha por el trono de Egipto].

    Con otro de sus planes de conquistas amorosas resultando infructuoso, Orión llegó finalmente a la isla de Delos, donde se convirtió en un compañero de caza de la diosa Artemis. En algunos mitos se pone a la diosa como la amante del cazador; en otros como la enemiga y asesina del mismo. Es sobre la muerte de este gigante que, al igual que el nacimiento, las versiones proliferan. La más conocida es que Orión se jactó de poder dar muerte a toda las bestias en la tierra; eso disgustó a Artemis, o a la propia Gea/Gaya, quien envió una modesta criatura, un escorpión picaría al cazador y con su veneno le daría muerte. En otra de las versiones Orión intentó violar a Artemis y ella es socorrida por el ponzoñoso arácnido, o fue Apolo quien envió al escorpión para defender a su hermana.

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  6. La segunda de las versiones es que Orión murió a ser alcanzado por las flechas de la diosa; las circunstancias de esta muerte también varían; están el atrevimiento de Orión de intentar cazar toda bestia en la tierra, que Orión reemplazó a la diosa por perseguir al Eos (diosa de la aurora), por intentar violar a Opis, una de las sacerdotisas de la diosa, o tratar de violar a la diosa misma; también se cuenta que Apolo, molesto por la relación amorosa de su hermana y el gigante, cuando el gigante estaba bañándose en un lago a la distancia que era irreconocible, engaño a su gemela apostándole que no podía alcanzar con sus flechas al bulto oscuro que se podía observar en el lago, y acertándole la chica mató a Orión.

    Tras su muerte, a petición de la diosa (Artemisa), Zeus acepto colocar a Orión, o al escorpión que la defendió de los ataques del gigante, en los cielos. Así Orión acompañado de sus perros, es elevado a los cielos y persigue infatigable nuevamente a las Pleyades, separado de ellas por el toro (Tauro). Los dioses elevaron a Orión y al escorpión (ahora del tamaño del gigante) a los cielos, colocándolos en extremos opuestos de la bóveda celeste, de forma que cuando Escorpio sale por el horizonte, Orión se oculta huyendo del animal que causó su muerte.

    O eso dicen por ahí...

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