29 mar 2018

"Aut dormi aut lacte"


La nana más antigua que se recuerda aparece recogida en las Sátiras de un poeta romano del siglo I llamado Aulio Persio Flaco. Se la conoce como "Aut dormi aut lacte" (o duermes o mamas), y está dirigida a un niño que se llamaba Marco. Llama la atención la dulzura del ritmo, la sofisticación de la sonoridad de las palabras, lo imaginativo de las rimas, la delicadeza de las imágenes que invoca y la simpática sinceridad del estribillo, en el que cualquier mamá harta de intentar que su bebé mame o se duerma de una vez se sentirá identificada sin duda. Lamentablemente, la melodía se ha perdido, pero cuantas nanas forma parte del imaginario colectivo comun?

La version original:

"Lalla, lalla, aut dormi aut lacte
nisi lactes, dormi, dormi.

Blande somne, somne veni,
claude Marco nostro ocellos,
artus occupa tenellos;
sunt ocelli somni pleni:
somne veni.

Lalla, lalla, aut dormi aut lacte
nisi lactes, dormi, dormi.

Alta in caelo splendet luna,
errant noctis umbrae inanes,
per silentia latrant canes,
micant stellae mille et una,
splendet luna.

Lalla, lalla, aut dormi aut lacte
nisi lactes, dormi, dormi.

Longe rubent dulcia poma,
cadunt lilia, surgunt rosae,
stellae in caelo sunt radiosae…
stertit... ridet... super coma
sentit poma.

Lalla, lalla, aut dormi aut lacte
nisi lactes, dormi, dormi."

Y la traducida:

"La-la, la-la, o duermes o mamas;
si no mamas, duerme, duerme.

Blando sueño, ven, sueño,
vacilan, Marco, nuestros ojos,
se apodera del cuerpo tierno,
son ojos llenos de sueño:
ven, sueño.

La-la, la-la, o duermes o mamas;
si no mamas, duerme, duerme.
Alta en el cielo resplandece la luna
vagan en la noche sombras vanas;
en el silencio, ladran los perros,
brillan las mil y una estrellas,
resplandece la luna.

La-la, la-la, o duermes o mamas;
si no mamas, duerme, duerme.

Lejos, maduran dulces frutales,
se marchitan las lilas, florecen las rosas;
las estrellas en el cielo están radiantes...
Ronca... ríe... sobre tus cabellos
siente los frutales.

La-la, la-la, o duermes o mamas;
si no mamas, duerme, duerme."



5 comentarios :

  1. Y de todo ello, claro, nada más ignorado, despreciado y ninguneado que el trabajo doméstico, entre el que se cuenta desde tiempo inmemorial la crianza de los hijos. Cosas de mujeres, y por ello consideradas irrelevantes, menores e incluso sospechosas. Hasta el propio Brecht olvidó mencionarlo. Y sin embargo, nada más esencial en el desarrollo humano que la crianza y educación de las generaciones futuras. Las madres, las abuelas y demás parentela femenina del clan, hasta tiempos muy recientes encargadas en exclusiva de esta pesada tarea, se constituyeron así en las portadoras más fundamentales de los valores sociales, la lengua no en vano llamada materna, la cultura y la civilización.

    Es opinión de esta que escribe que la canción de cuna, común a las gentes de todo el mundo desde que se tiene memoria, ocupa un lugar destacado en esta transmisión civilizatoria. Las nanas constituyen la primera expresión de lenguaje organizado que un bebé recibe dirigida exclusivamente a su persona, cantada por su madre en la intimidad de la cuna, durante los primeros años de su existencia. La visión del mundo comunicada por las canciones de cuna es la visión del mundo que todo hombre o mujer habrá mamado desde la más tierna infancia.

    Quizá por su suavidad melódica, o quizá porque durante la mayor parte de la historia humana uno de cada tres nacidos no llegaba a cumplir los cinco años, las nanas tienden a ser tristes y de alguna forma inquietantes, con frecuencia plagadas de doble sentido. Hay algo durísimo en ellas que habla de la vida y de la muerte. Sus letras suelen versar sobre la cuna, el sueño, el padre y el miedo. El lobo ocupa un papel central en muchas de ellas, puede que reflejando los miedos más oscuros y profundos de la madre. No todas son tan duras, y algunas resultan alegres y esperanzadas. Pero, bien pensado, no deja de ser extraño que llevemos siglos cantándole a los más pequeños.


    La nana más antigua del mundo se pierde en las nieblas de la prehistoria humana, y seguramente se oyó la primera noche en que un ser con la capacidad de articular palabras tuvo la necesidad de arrullar a un bebé con sonidos repetitivos, quizá temblando de miedo ante las tinieblas. O la muerte. Que es decir la primera noche en que hubo algo llamado Humanidad.


    Seguro que hasta Alejandro Magno, Conquistador de Imperios, fue una vez un dulce bebé, a la que le cantaron alguna que otra vez, una pequeña, hermosa e íntima nana.

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  2. Las nanas son para
    que el lobo no se coma
    a los niños

    Las nanas son melodías
    con un prodigioso efecto tranquilizador.

    Son las anestesias del miedo
    y las protectoras de las cunas.

    Acompasan su respiración
    y empieza a entrar
    dulcemente en el sueño.

    Tu no estabas no vivo?
    jjjj para estar medio muerto
    haces mucho ruido jajaja

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  3. El origen de estas canciones se pierde en el tiempo, podamos rastrearlas o no, puesto que existen desde que hay madres e hijos.

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  4. Siii, es la madre la que le dice al hijo que el mundo esta lleno de peligros, que hay hombres, y lobos, y nombres que se convierten en lobos
    y se protegan dellos.

    Mas antiguo que el sol, cierto es Tawaki...

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