EL DIAMANTE DE LA SEÑORA DORIS
Aquél día, Anita Mae esperaba su café en aquél ordinario
lugar, el sol de la ciudad brillaba intensamente a través de las ventanas, de
color amarillo pesado , aplastando la ciudad como la pátina de un hucvo cuya yema era demasiado oscura para
barnizar un bollito de pan blanco.
Mientras aguardaba, sin moverse ojeó los titulares de un
periódico que estaba a su lado, en ese momento una ruda mano le arrancó la
improvisada lectura de un plumazo sin pedir permiso, “que ordinario, como
no”-pensó. Ése muchacho era un pobre diablo, uno de los cientos de típicos
musculosos provincianos, cargados de complejos y culpas, que se convertían en
sebo una vez terminaran la ingesta de porquería que le dieran en sus gimnasios
de barrio, cuyos deseos eran elementales, sus métodos directos y sus acciones
meras ecuaciones simples.
Encorvándose sobre el mostrador agarró un trozo de bizcocho
con sus manazas mientras reía estrepitosamente con la boca llena, ante la
mirada admiradora de la estúpida camarera, ésas pobres que se enamoran de tipos
como él nada más verles. ¿Sabes como son las cosas entre las chicas simples y
los tipos musculosos, no?. Bueno no es arduo decir lo que todos saben, cuanto
más simples son ellas, más se enamoran de esos imbéciles de musculatura
poderosa. Un gorila con cara de tonto y una impetnitente sonrisa babosa entre
sus dientes, mientras ella contonea su risa a carcajada limpia enseñando los
dientes sin pudor ni inteligencia.
Cogió su café “take away” con la incesante sensación de
querer cambiar pronto de paisaje visual y poder observar a gentes cuyo hilo
mental no fuera transparente hasta para las amebas u organismos unicelulares.
Salió por la puerta en el momento que un silbido de supuesta
admiración asqueroso le dió náuseas, “cuerpo” dijo el tontolaba, para disgusto
de la chiquilla del tupé y los aretes, mientras le respondió sin mirar con el
dedo portador de indicaciones, escapando de aquél lugar y esperando encontrar un
refugio para ella en cualquier otra parte del mundo, sospechando tal vez, que
siempre habrá monos reidores en todos los rincones.
Más tarde en la comisaría del señor Gonsalvez.
-Pero...ella sólo estuvo aquí dos días.
-Fue tiempo suficiente para que tuviesen la misma idea,
aunque sus maneras de enfocarlo fueran completamente diferentes, ella fue mas
rápida, eso es todo.
-Pero... no, no comprendo no sabía que él era experto en ese
juego, ¿cómo pudo haberlo intuído?
- No lo sé, él era un gorila, el típico chulo de gimnasio.
- ¿Y se lo llevó?
- Delante de sus narices, sin que nadie se diera cuenta, y
eso que en los titulares ya anunciaron la noticia ayer, no sé cómo cayó, pero
lo hizo, el diamante ya está muy lejos de aquí. No podemos hacer nada.
Mientras esperaba, formó en su mente las palabras de la
explicación que daría del caso, quizá fuera el único hombre prudente de la
ciudad, quizá el único sensato, de esos hombres callados. Ella sabía que lo
encontraría allí después de tantos años, se sorpendió al verla, quizá ella lo
leigiera simplemente porque era el más reservado de sus viejos amigos, basándose
en la teoría de que sólo las personas de inteligencia media son habladoras, él
siempre fue tímido, introvertido, y más con ella, que bajo su piel extrovertida
ocultaba una doble capa para los que merecían la pena.
Una persona callada, que
se mantiene recluída con su voz, obedece a dos razones, posee una ran
inteligencia y piensa demasiado; o tiene una inteligencia pobre y se limita a
existir, ella quizá le eligiera porque era el inspector, por una vieja deuda,
por los viejos tiempos, cuando jugaban juntos... eran tan solo unos críos.
Al fín y al cabo ella siempre tuvo mala suerte, no se lo
merecía. A él no le costaba nada hacerse el loco un solo segundo de su vida. Si
por casualidad muriera en el mar, “ahogada” y no encontraran su cuerpo, a los 5
años cobraría el seguro como esposo, que según en los papeles sigue siendo, con
su nombre real, Anita Mae, te sigo queriendo, ya falta menos. No imaginé que
cuando me contaste aquél cuento, añgún día lo hicieras realidad... siempre
fuiste tan valiente.
-¿Gonsalvez?
-Si, al aparato.
- Ya lo tengo inspector, pero no le va a gustar – se inclinó el inspector
sobre el teléfono con una mueca parecida a una sonrisa- Primero insistiré en mi
afirmación de que el tipo musculoso, el tal Jonnhy, es el autor material del robo.
Segundo es cierto que no se conocían de nada anteriormente al encuentro, y
tercero- inspiró profundamente- hora sé por qué lo hizo...
-¿Qué? especifíqueme por favor.
- Él no la conocía a ella, pero ella a él si, el fue el
amante de una amiga suya, rubia, que terminó suicidándose por amor, quizá fuera
una venganza. La tipa a la que estaba cortejando era un clon de la idiota de su
amiga, y el robo fue la recompensa por dejar a toda su familia destrozada.
- ¿Y cómo sabe eso?¿sus antecednetes, digo?
- Bueno, el tal Jonhny no era la primera vez que lo hacía,
enamorar a chicas de pueblo y robarlas, no solo el corazón, algún día se ternía
que acabar su suerte, el diamante lo había robado recientemente de una casa
adinerada en la que había hechos trabajos de jardinero, ganándose la confianza
de la vieja, seguro que no sabía ni que esa pieza era única en el mundo. La
vieja esa era millonaria, perdió una hija hacía años.
- Muy bien, y ¿qué hacemos con él?
-¿ël? no podemos soltarle. Todo saldrá como fue planeado. Él
pagará por el suicidio de mi hija Ellie. más que por el robo del diamante.
- Gonsalvez colgó, recordando el tacto suave de la seda de
su piel junto al mar, el barco esperando a su falso suicidio y la alegría de
volver a verse tranquilos, después de tantos años.
Luego permaneció en el mismo lugar, esperando ver pasar a
Jonhhny esposado delante de su puerta, mientras se fumaba un pitillo mentolado
cerca de la ventana abierta, uno de esos pocos defectos, que ella le dijo que
no perdiera.
Que mundo tan retorcido verdad?
ResponderEliminarLa mala noticia es que va empeorando...
Besos.
Puede empeorar algo que nunca fue bueno?
ResponderEliminarEl concepto mundo artificial
que creó el hombre
nunca existió
en su base antinatural
Besos
Claro que puede empeorar algo que nunca fue bueno.
ResponderEliminarPor ejemplo un lunar.
De lunar a tumor
en un plis plas
no hay discusión
que eso es empeorar.
Besos.
Eso depende del punto de vista
ResponderEliminarUn tumor en un Hitler cualquiera
es una buena noticia
y eso que hay mucho miserable desconocido
del que el mundo podría prescindir
con todo mi apoyo
Besos
Claro, visto así...
ResponderEliminarMira que espabilada...
Besos.
My dear
ResponderEliminarya te dije
que TODO
es del color del cristal con que se mira
jajaja
Besos