28 ago 2006

Volví a mi casa. De madrugada el dulce de leche tiene otro color por la mañana, huelo el fogón. Mi ama, japonesita, orientalita, ojos negros, fuerte, fina y delicada, me cuida y me siento mimada. Está ella en casa con su té verde de hierbas verdes de hojas verdes de campos verdes. Verde que te quiero verde, verde esperanza, verdes trenzas trenzadas, de canastas plateadas.
"Ah! Mi gata, dame la pata.Quiero verte-me dice- por qué dicen que tienes mala cata?
Veo tu arrullo cuando afino el arpa, los instrumentos se deslizan. Mis dedos. Las armonías fluyen, huyendo en dulce sintonía. Tú gatita mía.
Voy al jardín y te veo en el alero. PSS-Pss, pss gatita.!"
(Y yo me esmero)"Te haces la remolona y te veo."
Que arpeo! el arroyo del agua.Gota. A. Gota. A. Gota. A. Gota...plick!plick!Cayendo,
y el arroyo subiendo. Termina el verano.
Ya entiendo. Ahora sigo, aorrrr...durmiendo.

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