A quienes se empeñan en derribar molinos y castillos aún en tiempos difíciles, siempre universales.Su locura era una forma superior de cordura, pues en tiempos donde la cordura es simple crueldad existencial, no son más los locos, que como los niños, dicen las verdades sin edulcorar, esa prisión de normas y grilletes invisibles.
Muchos hoy portan la locura como un estandarte de rebeldía, una llama que arde en sus venas e iluminan unos ojos limpios.Tripas, mente y corazónDe Sanchos, Quijotes y dulcineasSalen las enredaderas de los mártiresde entre las corcheas.
Cabeza sobre las nubes, que como las Musas, ensalzaban la verdad, contando numerosas ficciones, a veces más aún que la verdad misma.
Pero el amor, de naturaleza ligera, no necesita más que aire en su sola existencia, más que espacio para danzar, libertad para volar, y un cuerpo presente al que aferrarse para recordarle la caducidad de la vida.
Locos, quizá.
Cervantes ensancha nuestra mirada obligándonos a contemplar el mundo defendiendo a ultranza la libertad, a través de los ojos de un loco, enfrentando la locura con la cordura conservadora y cruel de los que aceptan las normas imperantes de cada época, muchas de ellas sin sentido.Cervantes es mucho más que sus personajes, pues era, al fin y al cabo, de carne y hueso. De manos reales, y alma que las guiaba tan viva como eternas fueron sus escrituras.
A veces la realidad supera a la ficción.
En el sepulcro de Don Quijote
Yace un hombre que vivió loco
y murió cuerdo
Y fue más feliz en su locura
Que en la mediocridad de la cordura
Un epitafio sencillo, una gran metáfora
De libertad, desengaños,
de sueños y derrotas, mediterráneos.
Sancho Panza, tierra y tripas
Don Quijote, cabeza, nubes y picas.
Un amor realizado entre almas voladoras
De Dulcineas saladoras.
De locos, arbustos y trepadoras
Unos ojos limpios que brillan
La locura de los cuerdos,
la cordura de los locos
Un mundo al revés
Almas que guían letras
carne y hueso
de probetas
Unas manos cargadas de escrituras
En la defensa de los sueños
En la locura del amor
En la cordura de la muerte
En el jardín de los recuerdos
dos almas juegan entre partituras
Trascendiendo relojes de arena
de trasgos, de mares, de locos, de cuerdos y sus locuras.
Hay mucho dolor en la locura de Don Quijote y paz en su sanchificación. Sus discursos son los de un hombre cuerdo, lejos de la enajenación mental. Sólo un sabio puede inferir de tal modo y de temas tan diversos.
ResponderEliminarA los dieciséis años lo leí por primera vez y se convirtió en mi libro. Nada vino después que lo superara.
Un beso.
Soy Ilduara.
EliminarSoy Ilduara,
EliminarAsí es
EliminarCreo que es más cierta melancolía
Cervantes sabía que la mayoría de la gente es estúPIDA
Respiran, más no viven.
Imagino que para pasar la censura se acogió a los ¨tópicos" del buen y sensaro labriego, y del pobre loco.
Sin embargo creo que ninguno de los dos estuviera en el lado correcto.
Los locos eran los que teían solo tripas, solo los locos decían la verdad-
Y la verdad es que la excusa de que leyendo novelas se volvió loco, era demostrar que la avaricia, la mezquindad y las buenas acciones, raramente son recompensadas en un mundo donde todo está al revés.
Probablemente Cervantes hoy en día, no pasara la Ley de Dependencia de un tullido, quizá le dieran la tarteja de aparcamiento de minusválidos por los pelos, y quizá lo echaran de su propia Fundación porque algún trepa le intentaría clonar en su autoría (y por éso escribió una Segunda parte).
Creo que era un tipo que estaba hasta la P···· de la gente, pero tenía la sabiduría sobra de un hombre Consciente.
Don Quijote fue un privilegiado.
ResponderEliminarVivió mil vidas en una.
Tuvo amor, pasión, ideales...
Ya quisieran la mayoría de humanos poder vivir así.
Besos.
Don Quijote eres tú
Eliminaren el Raval
rodeado de mezquinos
de locos
que son tontos
pesados y grandes
como molinos.
;)