en el arroyo
el perfume
a jardín herido.
El frescor
del agua
hierve
mi sangre
lejos
de mi sombra.
El terciopelo suave
algodón de acero
presta suavidad
a mis labios
de otoños
y febreros.
Pero mi alma
agotada
descansará
en sus sandalias
tranquilas
lunas de aguaceros
Sin olvidarse
de mi cuerpo
pasto
de carnívoros
zalameros.
Me duele el cuerpo cuando el alma emigra buscando el letargo.
ResponderEliminarUn beso.
Cuando el alma emigra, todo duele.
EliminarBesos bella
Ssssmuack1