22 feb 2018

DEP Borges


Navegué  en un barco de acero
alquilé un estómago de pescado
y una careta de Garcilaso
pagando por ello
monedas de Caronte.

Me arrojé a carreteras secundarias
el mundo era una radio andante
conocí más gente que nunca
desbordaban las sonrisas
comía la felicidad impresa
en las galletas demasiado dulces
y descubrí cada cara de bufón.

Hasta que un día
cansada del exceso de luz
desperté de la algarabía
vi las muecas de expresión
tras las ventanas
del aburrido mundo
de la genuflexión.

Me venció el contrato
de la falsa tentación
espejo nublado de circos
comencé a invertirme
sin monedas y mareada
de tanta insulsa felicidad
de soledad acuciada.

Me dieron arcadas.
Le dije adiós a las nadas
recuperé mi propia canción
justo antes de la tormenta
que nublaba el espíritu viajero
del absorto y plastificado mundo
chiquirrifláutico del majadero.

De ahí,
otros viajeros
... y de entre ellos
tantos viajes honestos,
los maestros,
dellos, humilde versión,
el mejor.

Querido Borges
si algo aprendí de ti:

el Mundo Entero.


2 comentarios :

  1. Querido Shakespeare, si algo aprendí de ti:
    Depende de nosotros que seamos de una manera o de otra. Nuestros cuerpos son nuestros jardines, cuyos jardineros son nuestras voluntades; así que , si plantamos ortigas o sembramos lechugas, ponemos hisopo o escarchamos tomillo, les proporcionamos un solo género de hierbas o los dividimos con muchas, si lo hacemos estériles por pereza o lo fertilizamos con esfuerzo, ¡vaya!, el poder y la autoridad para cultivarlos reside en nuestras voluntades.

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  2. A mí me vencieron todos los contratos.

    Y me alegro.
    De ese mundo no quiero saber nada.

    De este, sí.

    Besos.

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