Dreaming Terpsicore’s machine
Pulsando las cuerdas de un instrumento
me dice al oído
“pesando tu alma”
fínjome distraída,
toca el plectro con los dedos
el salterio de nueve cuerdas
forma ovillos exactos con mis ideas
desenhebradas
y mostróme sus dedos:
“deseo saber”
ante sus exigencias
mandé una carta musical con ellas
envueltas en el sonido de un beso al aire
“gozamos aquél deseo”, ríen las hermanas
Desenvuelven el humilde regalo
Desollada en mí, ruborizada,
me miran sin parar de bailar, me siento observada
“Emprendo y ejecuto”
Melpómene, arranca unos cuantos de mis cabellos
y uno de mis huesos, construyendo un arco de lira
“tocando tu alma”
secando mis puntos de sutura, sangrante cura de musas
componen melodía
que era larga y diferente
la entono susurrando,
comprendo su estructura, memorizo, enjuicio su obra, critico su estribillo
y por fin, distinguidamente al son de la tonada, perfecciono y aplaudo.
Bella armonía.
Recuerdo difuminándose en mi oído sus palabras templadas,
sus vestidos ligeros y los cabellos al viento:
“¡Pastores!, que pasáis la vida en los campos al aire libre,
¡sois el oprobio de los pueblos, pues no sois más que vientre!
Nosotras en cambio, sabemos cantar mil verosímiles ficciones
y también, cuando nos viene el deseo, ensalzar la verdad”
“Despierta hermana, terminó la purga”
díjome Terpsícore, depositando su cítara en mis pies desnudos.
Bostezada
despierto de mi mundo
y fuíme
Pulsando las cuerdas de un instrumento
me dice al oído
“pesando tu alma”
fínjome distraída,
toca el plectro con los dedos
el salterio de nueve cuerdas
forma ovillos exactos con mis ideas
desenhebradas
y mostróme sus dedos:
“deseo saber”
ante sus exigencias
mandé una carta musical con ellas
envueltas en el sonido de un beso al aire
“gozamos aquél deseo”, ríen las hermanas
Desenvuelven el humilde regalo
Desollada en mí, ruborizada,
me miran sin parar de bailar, me siento observada
“Emprendo y ejecuto”
Melpómene, arranca unos cuantos de mis cabellos
y uno de mis huesos, construyendo un arco de lira
“tocando tu alma”
secando mis puntos de sutura, sangrante cura de musas
componen melodía
que era larga y diferente
la entono susurrando,
comprendo su estructura, memorizo, enjuicio su obra, critico su estribillo
y por fin, distinguidamente al son de la tonada, perfecciono y aplaudo.
Bella armonía.
Recuerdo difuminándose en mi oído sus palabras templadas,
sus vestidos ligeros y los cabellos al viento:
“¡Pastores!, que pasáis la vida en los campos al aire libre,
¡sois el oprobio de los pueblos, pues no sois más que vientre!
Nosotras en cambio, sabemos cantar mil verosímiles ficciones
y también, cuando nos viene el deseo, ensalzar la verdad”
“Despierta hermana, terminó la purga”
díjome Terpsícore, depositando su cítara en mis pies desnudos.
Bostezada
despierto de mi mundo
y fuíme
y después
nada.
Pobres pastores.
ResponderEliminarSiempre vilipendiados.
Besos.
Cuantas palabras lindas. Siempre el final es igual,
ResponderEliminarEn las purgas
ResponderEliminares mejor estar despierto que dormido
es una anestesia espiritual
para biorritmizar el alma
Besos