


Kirikú y la bruja es un cuento tradicional de los Senufos, una etnia africana de Costa de Marfil, inspirado en los ritos de iniciación.
Kirikou, es independiente, generoso y valiente, cualidades que emplea para liberar al pueblo del miedo a la bruja Karaba, es libre en su pensamiento y esa libertad libera el miedo y hace accesible lo inaccesible.
Michel Ocelot acierta defendiendo las tradiciones y la cultura original, la fuerza del pueblo africano, liberando los torsos femeninos, e imprimiendo el ritmo de la sangre caliente de las causas pendientes.
Con una genial B.S. de Yossou N'Dour, empleando únicamente instrumentos originales del entorno de la historia, ésta historia podría uinversalizarse transpolándolo a un pueblo de León, a la India, a la Amazonia o al pueblo Inuit, la originalidad es que el concepto está desarrolado sin adornos, con la sencillez y profundidad de las verdades profundas.
Es realista, habla de la realidad de las emociones humanas, la ingratitud, la curiosidad, el miedo, la confianza, la belleza, la busqueda de la verdad y la sabiduría, la muerte, la vida y los términos medios.
Eso de inutilizar a los infantes con teorías waltdineyescas además de irreal, es sectarista, poco creativo y contraproducente.
Les asigna valores manipulados clasistas además de unas teorías subjetivas bipartidistas y posicionistas: los buenos (o nosotros) y los malos (o ellos).
Kirikuo es libre, tiene miedo, se siente pequeño ante el mundo que le rodea, es consciente de eso, y con toda la naturalidad del mundo lucha por cambiar y humanizar,lo que no le gusta, es parte activa de la vida, y no se sienta a contemplarla, sino que se guía por su instinto y utiliza su talento para sacarle provecho, y redireccionar las situaciones a su favor, en pos de las necesidades de la Comunidad.
Kirikou te libera y te hace libre.
Necesitamos más Kirikous valientes, que en el día a día no se resignen a contemplar, sino que cambien positivamente su entorno y le aporten inteligencia, alegría y sentido común.