Y entre miles de flores sencillas
Blancas, rojas y amarillas
Durmieron los labios rojos
Corazones negros
De sombras ligeras
Y tacones cojos
De blancos y negros
Fotones
Bastiones
De tacones, cámaras, libros...
Y
Anteojos.
Blog sobre cosas que pasan en la vida cuando eres un gato. Soy la gata Flora que aflora y somos tantas en una sola, que ni lloran
Blancas, rojas y amarillas
Durmieron los labios rojos
Corazones negros
De sombras ligeras
Y tacones cojos
De blancos y negros
Fotones
Bastiones
De tacones, cámaras, libros...
Y
Anteojos.
A quienes se empeñan en derribar molinos y castillos aún en tiempos difíciles, siempre universales.Su locura era una forma superior de cordura, pues en tiempos donde la cordura es simple crueldad existencial, no son más los locos, que como los niños, dicen las verdades sin edulcorar, esa prisión de normas y grilletes invisibles.
Muchos hoy portan la locura como un estandarte de rebeldía, una llama que arde en sus venas e iluminan unos ojos limpios.Tripas, mente y corazónDe Sanchos, Quijotes y dulcineasSalen las enredaderas de los mártiresde entre las corcheas.
Cabeza sobre las nubes, que como las Musas, ensalzaban la verdad, contando numerosas ficciones, a veces más aún que la verdad misma.
Pero el amor, de naturaleza ligera, no necesita más que aire en su sola existencia, más que espacio para danzar, libertad para volar, y un cuerpo presente al que aferrarse para recordarle la caducidad de la vida.
Locos, quizá.
Cervantes ensancha nuestra mirada obligándonos a contemplar el mundo defendiendo a ultranza la libertad, a través de los ojos de un loco, enfrentando la locura con la cordura conservadora y cruel de los que aceptan las normas imperantes de cada época, muchas de ellas sin sentido.Cervantes es mucho más que sus personajes, pues era, al fin y al cabo, de carne y hueso. De manos reales, y alma que las guiaba tan viva como eternas fueron sus escrituras.
A veces la realidad supera a la ficción.
En el sepulcro de Don Quijote
Yace un hombre que vivió loco
y murió cuerdo
Y fue más feliz en su locura
Que en la mediocridad de la cordura
Un epitafio sencillo, una gran metáfora
De libertad, desengaños,
de sueños y derrotas, mediterráneos.
Sancho Panza, tierra y tripas
Don Quijote, cabeza, nubes y picas.
Un amor realizado entre almas voladoras
De Dulcineas saladoras.
De locos, arbustos y trepadoras
Unos ojos limpios que brillan
La locura de los cuerdos,
la cordura de los locos
Un mundo al revés
Almas que guían letras
carne y hueso
de probetas
Unas manos cargadas de escrituras
En la defensa de los sueños
En la locura del amor
En la cordura de la muerte
En el jardín de los recuerdos
dos almas juegan entre partituras
Trascendiendo relojes de arena
de trasgos, de mares, de locos, de cuerdos y sus locuras.
Cede como el trigo al viento
mientras el roble fue cortado por el rayo
Sé lo blando
que permanece
Sé, el huevo que no crece
pues cuando la cáscara ya no esté
la semilla se dispersa de múltiples maneras
casi todas ellas "invisibles"
Cuando recuerdas a los que no están
los abrazos se quedaron prendidos
como alfileres de esponja en tu alma
Sé un colector de almas,
pues solo en el Mundo invisible
permanece y se registra lo Eterno
en lo intangible
la esencia de la presencia
Eternidad
poso que queda,
en el inconsciente colectivo,
lo Universal, de lo vivido
lo que dejamos
y
en lo que nos hemos
convertido.
Cada verso es un suspiro vivo
Eterno
De quien ha fallecido
Una carta
En el tiempo
Escrito
En pentagrama de viento