15 feb 2025

Sombras amarillas


 Y entre miles de flores sencillas

Blancas, rojas y amarillas 

Durmieron los labios rojos

Corazones negros

De sombras ligeras

Y tacones cojos

De blancos y negros

Fotones

Bastiones

De tacones, cámaras, libros...

Y

Anteojos.



14 feb 2025

La sencilla saladora

 



"No se muera vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir sin más ni más, sin que nadie le mate ni otras manos le acaben que las de la melancolía."


A quienes se empeñan en derribar molinos y castillos aún en tiempos difíciles, siempre universales.

Su locura era una forma superior de cordura, pues en tiempos donde la cordura es simple crueldad existencial, no son más los locos, que como los niños, dicen las verdades sin edulcorar, esa prisión de normas y grilletes invisibles.

Muchos hoy portan la locura como un estandarte de rebeldía, una llama que arde en sus venas e iluminan unos ojos limpios.

Tripas, mente y corazón
De Sanchos, Quijotes y dulcineas
Salen las enredaderas de los mártires
de entre las corcheas. 

Cabeza sobre las nubes, que como las Musas, ensalzaban la verdad, contando numerosas ficciones, a veces más aún que la verdad misma.

Pero el amor, de naturaleza ligera, no necesita más que aire en su sola existencia, más que espacio para danzar, libertad para volar, y un cuerpo presente al que aferrarse para recordarle la caducidad de la vida.

Locos, quizá.

Cervantes ensancha nuestra mirada obligándonos a contemplar el mundo defendiendo a ultranza la libertad, a través de los ojos de un loco, enfrentando la locura con la cordura conservadora y cruel de los que aceptan las normas imperantes de cada época, muchas de ellas sin sentido.

Cervantes es mucho más que sus personajes, pues era, al fin y al cabo, de carne y hueso. De manos reales, y alma que las guiaba tan viva como eternas fueron sus escrituras.

A veces la realidad supera a la ficción.


En el sepulcro de Don Quijote

Yace un hombre que vivió loco

y murió cuerdo

Y fue más feliz en su locura

Que en la mediocridad de la cordura

Un epitafio sencillo, una gran metáfora

De libertad, desengaños,

de sueños y derrotas, mediterráneos.

Sancho Panza, tierra y tripas

Don Quijote, cabeza, nubes y picas.

Un amor realizado entre almas voladoras

De  Dulcineas saladoras.

De locos, arbustos y trepadoras

Unos ojos limpios que brillan

La locura de los cuerdos,

la cordura de los locos

Un mundo al revés

Almas que guían letras

carne y hueso

de probetas

Unas manos cargadas de escrituras

En la defensa de los sueños

En la locura del amor

En la cordura de la muerte

En el jardín de los recuerdos

dos almas juegan entre partituras

Trascendiendo relojes de arena

de trasgos, de mares, de locos, de cuerdos y sus locuras.

6 feb 2025

Trompetas rotas

Dedícame una canción
aunque sea
con una trompeta rota.

Se lo dice a un loco,
una loca.

4 feb 2025

Guardad los labios



Vine por esos besos solamente; 
guardad los labios por si vuelvo.

Y si no vuelvo,
no quise olvidarme dellos,
transfórmalos
en versos sueltos.

31 ene 2025

El vuelo de las semillas invisibles

Cede como el trigo al viento

mientras el roble fue cortado por el rayo


Sé lo blando

que permanece

Sé, el huevo que no crece

pues cuando la cáscara ya no esté

la semilla se dispersa de múltiples maneras

casi todas ellas "invisibles"


Cuando recuerdas a los que no están

los abrazos se quedaron prendidos

como alfileres de esponja en tu alma

Sé un colector de almas,

pues solo en el Mundo invisible

permanece y se registra lo Eterno

en lo intangible

la esencia de la presencia


Eternidad

poso que queda,

en el inconsciente colectivo,

lo Universal, de lo vivido

lo que dejamos

y

en lo que nos hemos

convertido.

30 ene 2025

Verseo

Cada verso es un suspiro vivo

Eterno

De quien ha fallecido

Una carta

En el tiempo

Escrito

En pentagrama de viento

21 ene 2025


«Sólo los tontos creen que el silencio es un vacío. No está vacío nunca.
Y a veces la mejor manera de comunicarse es callando». Eduardo Galeano